Decía mi abuela, Dios la tenga en su gloria, que cuando a uno le pica el culo es que tiene lombrices. Y así, como quien no quiere la cosa, a mi me empezó a picar el cuerpo, los adentros y las entrañas, y me resistí a pensar y a creer, en estos tiempos descreídos, que aunque fuera corta y breve, tenía que publicar una entrada.
¡Ahí va!
¡Ahí va!
Viva dixie's land!
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