Thursday, February 16

Mañana de Médicos, Pepetela y cincuenta y tres gaviotas

Acto I (Presentación)

“Trago em mim o inconciliável e é o meu motor. Num universo de sim ou nâo, branco ou negro, eu represento o talvez. Talvez é nâo par quem quer ouvir sim é significa sim para quem espera ouvir nâo. A culpa será minha se os hombes exigem a pureza e recusam as combinaçôes? Sou eu que devo tornar –me em sim ou em nâo? Ou sâo os homens que deven aceitar o talvez? […]

“Mayombe”, Pestana dos Santos (Pepetela)


Las mañanas lluviosas y húmedas de mi querida ciudad se convierten en mágicas, una vez que, disipada la niebla, el orvallo gitanesco y diminuto va tomando posiciones sobre el horizonte. Hoy, la mar no se divisa en todo su esplendor, es como una mancha difuminada en el aire entre dos cabos que apenas se vislumbra; es como si hoy no quisiera dejarse ver.

Hoy ha sido mañana de médicos, costumbre muy asociada al sector geriátrico, pero a la cual no he tenido más remedio que dar uso. Hoy, después de un mes y medio sin trabajar, ¡por fin!, el alta. Otra vez, a sentirme útil, más útil si cabe, a volver a mi rutina de siempre, a vestir mi uniforme, a galantear con las cincuenta y tres gaviotas que sobre el cielo azul de los arsenales sobrevuelan voraces y tercas, descargando su carga sobre las gorras de plato. ¡Cuánto he echado en falta a esas cincuenta y tres gaviotas de fieros ojos azules, fríos como un iceberg, con sus largos picos curvos, sus palmípedas patas y sus alas blanquigrisaceas extendidas en todo su poderío! Parecen unas cupleteras con sus mantones de Manila aplumados, y sus largos faldones, moviéndose con simpar gracejo por la Gran Vía de Madrid, en una verbena de la paloma. Y también, me recuerdan, todo lo que tienen de vedetes y meretrices con sus sensuales movimientos, que me hacen dudar muy seriamente de la sexualidad ambigua de algunos peces, que arrastrados por sus ojos malintencionados, los hipnotizan y los atraen hasta pegarles un bocado ardiente. ¡Eso es sexo!

Pero como les decía, hoy era mañana de médicos, y en sabiendo las colas que se forman para no ser la Seguridad Social, me acerqué una hora antes y me llevé conmigo un libro del escritor angoleño Pestana dos Santos, del cual les he ofrecido un pequeño fragmento más arriba, y que por supuesto, no tengo la menor intención de traducir, puesto que sé lo académicos e instruidos que están todos ustedes en la poliglotía.

Por cierto, el viento ulula y el temporal arrecia, no sé si Dios está castigando mi pedantería o la de ustedes.

Así pues, estaba en la sala de espera con el citado libro en la mano, leyendo, ensimismado como sólo un ávido lector pasivo puede hacer, cuando entró a tropel, como un caballo, aunque debería decir yegua, desbocado, una agitanada joven de rasgos dulces, y mirada pizpireta, ropas sucias y un vocabulario de mil demonios.

Debo decirles también que la sala estaba llena de enfermos, gente que se hacía la enferma y yo. Y llegados a este plano panorámico desde el cual ustedes, sea a vista de pájaro o no, puedan imaginar, apareció la joven. ¿Quince, dieciséis años, quizás? Y sí era gitana, gitana y gitana de pura cepa.

Nadie se quiso sentar a su lado.

[...]

No comments:

Mi Ping en TotalPing.com Creative Commons License
CARTAS ABIERTAS by www.diariodeprovincias.blogspot.com is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.